Reemplazar las compuertas implica “secar” la presa hasta dejarla a un nivel cero de agua, causando una “sequía controlada” que impactaría negativamente la cosecha de más de 180 mil tareas, entre ellas 100 mil de plátano, 25 mil de guineo, 55 mil de tomate, así como otras 50 mil sembradas de rubros como habichuela, lechosa, melón y ajíes.
“El programa de desagüe de la presa continúa como fue planificado”, dijo José Manuel Nin Vólquez, ingeniero representante del Indrhi en el “Proyecto de Rehabilitación y complementación de la Presa de Sabana Yegua. “Faltan 37 metros de altura por desaguar, y hoy día la presa no está más bajita porque ha estado lloviendo en la zona y la presa de Sabaneta y los caudales no controlados aportan mucha agua al valle”, precisó.
Se tiene previsto que el desagüe se complete en diciembre, si la temporada ciclónica lo permite, mes en el que se desmontarán ambas compuertas y se reemplazarán por otras dos, proceso que conllevará alrededor de seis meses.
De acuerdo con las autoridades del Indrhi, postergar los trabajos como piden los productores del valle de Azua y parceleros del proyecto Ysura, sería exponer la zona a una catástrofe de dimensiones incalculables en el caso de que un evento natural haga que el complejo hidráulico colapse.
Impostergable
Luego de 32 años de servicio desde su inauguración, las dos compuertas de desagüe de fondo de la presa han agotado su vida útil, sobre todo luego de los severos daños causados en septiembre de 1998 por el huracán Georges, que causó grandes inundaciones y devastó la comunidad de Tamayo, en la parte este del valle de Neiba, en la provincia de Bahoruco.
El paso de otros meteoros han impactado la presa de forma tal que una de sus compuertas de desagüe de fondo apenas abre menos de la mitad.
Si la presa se desborda o sus compuertas colapsan, unos 396.40 millones de metros cúbicos de agua almacenados se dispararían valle abajo a una velocidad de 600 metros cúbicos por segundo (un metro cúbico tiene 264 galones), una masa incontrolable de agua que arrasaría con poblados y plantaciones completas, causando la muerte a miles de personas y miles de millones en pérdidas materialesen el valle de Neiba.
“Es preferible desaguar la presa ahora, sabiendo que se afectará la producción, pero para eso hay planes de contingencia y el agua seguirá fluyendo desde fuentes como la presa de Sabaneta”, observó Nin Vólquez.
Productores alarmados
Más de 9,000 productores del valle de Azua denunciaron que ha habido poca información al respecto por parte de las autoridades.
En ese sentido solicitaron al director ejecutivo del Indrhi, ingeniero Olgo Fernández, posponer el desagüe de la presa hasta finales de febrero del año próximo para garantizar la cosecha de más de 230 mil tareas que actualmente están sembradas de distintos rubros, como guineos, tomate, cebolla y plátano.
Expresaron particular preocupación por lo que podría implicar el retraso en la siembra de 55 mil tareas de tomate industrial, cuyos terrenos están preparados.
Luis Cabrera, de la Federación Mamá Tingó, dijo estar de acuerdo con la reparación de la presa, pero se mostró preocupado por las consecuencias negativas que generaría el vaciado de la presa sin la debida planificación con los sectores productivos de la provincia.
Al respecto, consideró que el desagüe del embalse debe hacerse en un momento que haga el menor daño a la economía de la provincia.
Narciso Montaño observó que solo la siembra de tomates genera en Azua un movimiento económico de más de mil millones de pesos al año, tanto por la inversión que realizan los industriales como por los beneficios que reciben los productores y toda la comunidad.
De su lado, el gerente de la Junta de Regantes Ysura, Víctor Méndez Reyes, calificó la situación de “difícil” debido a que ya muchos parceleros han realizado préstamos para preparar sus tierras con miras al inicio el mes próximo de la siembra de habichuelas.
La presa tiene 32 años de servicio
La presa de Sabana Yegua entró en servicio en 1980 y tiene como propósito el riego para la agricultura de 643 mil 126 tareas, la generación de electricidad y el control de inundaciones. Sus fuentes de abastecimiento son el río Yaque del Sur y su afluente principal, Las Cuevas. La presa tiene una capacidad de embalse de 396.40 millones de metros cúbicos de agua.
Es preferible desaguar la presa ahora, sabiendo que se afectará la producción, pero hay planes de contingencia”.
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