viernes, 10 de febrero de 2012

Silencio oficial sobre allanamientos a Guillermo Gómez

SANTO DOMINGO.- Las autoridades no han ofrecido ninguna versión sobre el allanamiento a la casa del periodista Guillermo Gómez y el cierre del periódico El Siglo21 de su propiedad.


Ni la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, ni e l procurador general Radhamés Gómez Jiménez Peña han dado su versión sobre los hechos.

Aunque se supo que en las próximas horas la fiscal Reynoso ofrecería una rueda de prensa con todos los detalles de los allanamientos.

Someten anciano y joven de 26 años por "andar" con dos niñas

SANTO DOMINGO.-La Policía Nacional en Bonao apresó y envió ayer por ante la fiscal de Atención a la Víctima y Unidad de Género de esta ciudad a dos hombres sorprendidos en compañía de dos menores de 13 y 14 años de edad a bordo de un vehículo privado, y quienes previamente habían llevado a las menores a la vivienda de uno de los detenidos.

El anciano Sergio Calderón, de 75 años, y el joven José Augusto García Paredes, de 26, viajaban a bordo del carro Honda Civic, color azul, placa A111973, cuando fueron perseguidos por agentes policiales quienes detectaron que las menores, cuyos nombres se hace reservas por razones legales, estaban en la casa de Calderón desde el día anterior a su arresto.

Los investigadores policiales descubrieron que García Paredes fue quien condujo a las adolescentes hasta la residencia de Calderón ubicada en el Callejón Marino López número 02, sector Villa Hermosa de Bonao, provincia Monseñor Nouel.

García Paredes y Calderón fueron enviados por ante la magistrada Francisca Fabián para los fines correspondientes.

Ancianos se exponen a peligros y maltratos en las vías públicas

A sus 75 años y diezmado por los achaques, don José ya no puede correr muchos riesgos. Pero uno de ellos lo toma cada 30 días para cobrar su risible cheque de pensionado. Luego de esperar cerca de tres minutos el momento oportuno para cruzar la avenida San Martín en su intersección con la calle Moca, en la capital, no tuvo más remedio que atreverse a zigzaguear precariamente entre vehículos.

“En este país se ha perdido la cortesía”, expresa casi susurrando una queja ahogada por las bocinas de conductores presurosos y poco dispuestos a perder unos segundos para ceder el paso.

En el banco, don José también sufre con frecuencia las quejas de clientes molestos por el “privilegio” de no hacer fila. “Algunos dicen que todavía estoy duro y que puedo hacer mi fila. Si no tuviera tantos achaques la hiciera”, agrega.

La triste realidad de don José la viven a diario miles de envejecientes que se ven precisados a salir solos a las calles por variadas razones y que han visto agravar sus penurias en vías que han sido rediseñadas para facilitar la circulación de vehículos, pero en detrimento del peatón. Otros no han tenido la “suerte” de don José.

Gumersindo Peña, de 80 años, en su lecho del hospital Darío Contreras lucha contra su cabeza vacía de recuerdos y para recuperarse de las lesiones que sufrió en un accidente. No recuerda dónde fue atropellado y tampoco si tiene familia. Fue llevado por la Policía al hospital traumatológico, donde tiene tres meses interno con fractura en la cadera.

José Reyes, de 79 años, también recluido en el centro asistencial con lesión en la cadera desde el pasado 21 de enero, sólo recuerda que intentaba cruzar la calle Hernando de Gorjón, cerca del mercado modelo de la avenida Mella, cuando metió el pie izquierdo en un agujero.

El anciano sufrió fracturas en la cadera y en la misma pierna que se había roto en el año 2002. “Yo salí a coger aire porque sufro del pecho apretao y me estaba ahogando”, narra Reyes, quien solo recuerda que tiene una hija y que su esposa falleció hace cuatro años.

Drama
El director del hospital Darío Contreras, Héctor Quezada, explicó que el centro enfrenta un “vía crucis” con muchos de estos pacientes porque luego de curados no encuentran a sus familiares.

“Hay ocasiones incluso, muy frecuentes, que después que localizamos a los familiares de estos viejitos, entonces no los aceptan porque son una carga muy grande para ellos”, añadió.

Quezada precisó que la mayoría de esos ancianos, que son llevados al hospital por la Policía o el Cuerpo de Bomberos, tienen problemas mentales o la enfermedad de Alzheimer, por lo que no reconocen ni recuerdan nada.

“Aquí es normal que cualquier viejito se pase seis meses, un año en el hospital.

Evitan poner en fosa común a diez cuerpos sin identificar

Cinco días recibiendo los golpes del agua salada fue suficiente para que los cuerpos rescatados quedaran con la piel totalmente desprendida, mostrando una desgarradora imagen de una de las mayores tragedias que ha estremecido a este municipio costero de Sabana de la Mar.

Ayer sumaron 52 los cadáveres recuperados desde que naufragó la embarcación el pasado sábado tras salir de Sánchez.

La Playa Acapulco, del barrio San Carlos de aquí, ha sido el escenario donde las autoridades de la Marina de Guerra y pescadores han reunido las víctimas para que decenas de familiares procuraran identificarlas.

Orlando Cáceres, quien aún guarda la esperanza de que su hijo de 23 años que lleva su mismo nombre sea encontrado con vida, se encuentra desde el sábado en el lugar viendo cada cadáver hallado y sin tener noticias de su vástago.

La ilusión llevó a Cáceres a aventurarse en una travesía que le costó la vida dejando en la orfandad a un niño de tres años.

“Ilusiones, él no vivía tan mal. Son decisiones de jóvenes”, narra un padre afligido que no pudo contener las lágrimas y que cada mañana de estos últimos días se asoma a la Playa Acapulco a la espera de tener alguna noticia de su hijo. “Espero que aparezca, sólo me queda un hijo”. En los últimos dos días han sido rescatados 26 cadáveres en el lugar, de los cuales cuatro se encontraron ayer, y las autoridades recorren afanosamente toda la zona hasta Samaná, con la esperanza de encontrar a algún sobreviviente.

Disposición
Todavía pasadas las 8:00 de la noche un equipo del Instituto Nacional de Ciencias Forense (Inacif) permanecía en el cementerio municipal de Sabana de la Mar, adonde se construyeron dos fosas comunes para sepultar a los cadáveres sin identificar, lo que fue desautorizado por el fiscal de Hato Mayor, Manuel Emilio Santana, debido a que consideró la medida como algo del pasado y rudimentaria. En el lugar aún permanecen sin identificar 10 cadáveres. Ayer se tenía previsto terminar con la identificación de los cuerpos; sin embargo, esto no fue posible debido a las malas condiciones y el avanzado estado de descomposición.

De los cuatro cadáveres que fueron recuperados ayer sólo uno fue identificado: Juan Alberto Mena, de 20 años, oriundo de San Francisco de Macorís.

“Era un muchacho trabajador, hasta que un día se juntó con un amigo que le dijo que se fueran y se metió eso en la cabeza y se fue”, dice Henry David Bonilla, padre de Alberto Mena.

Mena era el mayor de los cuatro hijos que procreó Bonilla, y apenas tenía seis meses de casado.

El hedor en toda el área se ha convertido en la alarma que avisa cuando se está llegando al lugar, y por qué no, para que por los aires sobrevuelen mauras que anuncian que allí se concentra gran cantidad de cuerpos en estado de descomposición.

Las necropsias a los cadáveres en estado de descomposición fueron dirigidas por el patólogo, Leonardo Radnei, asistido por el legista, Santini Calderón Gastón, y otros galenos de Sabana de la Mar.

Al menos ocho personas todavía permanecen desaparecidas, mientras las autoridades continúan la búsqueda en la bahía de Samaná y la costa de Sabana de la Mar.

De cuatro cadáveres encontrados ayer, uno de estos fue trasladado a San Francisco de Macorís, de donde era oriundo, siendo identificado como Ramón Esteban Cruz Taveras, 41 años, natural de Pimentel, quien portaba su cédula en el bolsillo del pantalón que tenía al momento de la tragedia.

En la identificación de los cadáveres participan además el fiscal de Hato Mayor, Santana Montero, y la fiscal de Sabana de la Mar, Felicia Nieves, más un equipo del Inacif. Aunque ayer aparecieron menos cuerpos en el mar que el pasado martes, cuando se localizaron 22, el drama no dejó ser menos tétrico en las riberas de la playa y el cementerio de Sabana de la Mar, donde se concentraron familiares de náufragos aún desaparecidos, así como decenas de curiosos.

La búsqueda se suspendió a las 7:00 de la noche, pero se reanuda hoy para una observación final a las costas de Samaná, Sabana de la Mar y Miches, y ver si afloraron más cuerpos.

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