viernes, 26 de abril de 2013

Cuidado

El dinero y el poder compran toneladas de tolerancia a quienes les ponen precio a la moral y la paz colectiva.  La legalización del pecado nunca invalidará sus consecuencias ni reducirá el impacto de los daños a quienes lo practican. Tampoco consigue que desaparezca el sentido de culpa interior que provocan sus heridas, mucho menos impedirá que la mano de Dios establezca su Justicia con autoridad plena. Que encontremos quienes se presten a contradecir el consejo del Altísimo para suprimir las presiones sociales que pesan en su contra?  Que se abren más fácilmente las puertas de las oportunidades a quienes se alinean al error? Que la costumbre hace ley aunque sea mala? No empeñes la paz colectiva por beneficio personal, el costo siempre excede al precio.

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