miércoles, 20 de junio de 2012

Altos costos amenazan trasplantes de órganos


Los altos costos de un trasplante de órgano impiden que la mayoría de los dominicanos que necesitan de ese tratamiento como única garantía de vida puedan acceder a ese servicio, mientras la falta de recursos amenaza también la sostenibilidad financiera de los programas existentes.

El costo de un trasplante varía dependiendo el órgano, pero ronda entre uno y dos millones de pesos. Solamente las analíticas que debe practicarse el paciente para estar preparado y entrar en lista de espera requieren una inversión de entre 70 mil y 80 mil pesos.

La situación se complica si se toma en cuenta que apenas el 10 por ciento de las personas con insufi ciencia renal crónica, que requieren trasplante de riñón, están afi liados a una Administradora de Riesgos de Salud (ARS), pero en la mayoría de los casos se les niega esa cobertura, alegando las ARS que no está contemplada en el Plan de Servicios de Salud del Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS).

Una vez trasplantado, el paciente requiere un tratamiento especial y medicamentos permanentes que impidan el rechazo del órgano, cuyo costo promedio mensual es de RD$65,000.

El Ministerio de Salud Pública suple estos tratamientos a 410 pacientes trasplantados, en lo que ha invertido en lo que va de año 220 millones de pesos.

Debido a los costos, aunque hay miles de personas que requieren de algún tipo trasplante de órgano en el país, actualmente en la lista de espera del Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (Incort), entidad que rige esa práctica, apenas hay registrados unos 60 pacientes.

“La lista de receptores o personas que requieren de trasplante, actualmente es de 60, que es pequeña porque la mayoría no pueden prepararse para ello. Los costos de un trasplante o de una enfermedad catastrófi ca comprometen el presupuesto de tres generaciones de la familia”, señala Fernando Morales Billini, coordinador del Incort.

Para el doctor Julio Amado Castaños Guzmán, presidente del Patronato del Hospital General de la Plaza de la Salud (HGPS), donde en los últimos años se han realizado 152 trasplantes de órganos y tejidos, los altos costos constituyen una gran limitante para el paciente y los programas.

Afi rma que el centro cuenta con pacientes en listas de espera para trasplante de hígado, riñón y médula ósea, las cuales se incrementan cada día, pero han ido dando respuestas según su condición y su compatibilidad en el momento de la disponibilidad de los órganos.

El especialista asegura que hasta el momento el HGPS ha tenido que fi nanciar a más del 80% de los pacientes trasplantados. “Es una de las grandes limitantes, ya que en la seguridad social las ARS se resisten a cubrir los trasplantes de órganos, lo cual esperamos que sea resuelto en algún momento e incluidos dentro del sistema”, añadió.

Castaños Guzmán refi ere que en el HGPS los costos del trasplante están subvencionados por el Patronato como aporte al paciente.

En el caso de hígado los costos rondan RD$1,400,000; de médula ósea RD$1,000,000 y los renales RD$600,000.

Las difi cultades que enfrenta el paciente para poder acceder al trasplante son bien conocidas por Héctor Acosta, presidente de la Fundación Dominicana Pro-Ayuda a Pacientes Renales y Trasplantados, quien asegura que la lista de espera es grande, pero que la mayor difi cultad que enfrentan es la económica.

Dijo que una vez trasplantado, el paciente requiere de un tratamiento de por vida, y tiene un gasto promedio mensual de RD$65,000, que en la mayoría de los casos está siendo cubierto por el Ministerio de Salud Pública.

Asegura que actualmente se estima que hay en el país alrededor de 1,600 pacientes en diálisis, que son potenciales candidatos para trasplante.

Programas riesgos
Morales Billini ve con preocupación el hecho de que si no se logra un fi nanciamiento especial para los pacientes que requieren trasplantes de órganos, los programas de trasplantes de órganos y tejidos instalados en el país estarían destinados a fracasar. Entiende que para atender esos requerimientos se necesitaría un fondo especial de no menos de 2,000 millones de pesos al año.

Aseguró que preocupados por esa realidad, el Incort junto a fundaciones que manejan pacientes con enfermedades catastrófi cas, elaboró y depositó en el Con greso Nacional un proyecto de ley que crea un fondo solidario para atender a las personas con enfermedades de altos costos, incluyendo trasplantes.

La misión del Fondo Nacional para la Atención Solidaria en Salud (Fonass) es conceder fi nanciamiento para prestaciones médicas altamente especializadas para los pacientes que sufren de enfermedades de alto costo y complejidad, y asegurar que los procedimientos diagnósticos y terapéuticos se realicen con el máximo de calidad y efi ciencia conforme a los avances científi cos y técnicos.

Esa realidad es reconocida también por Castaños Guzmán, quien ve imperativo que el Gobierno asuma el tema de los trasplante de órganos y reconozca y proteja apoyando a centros como el HGPS, ya que ha demostrado que se puede y que con pocos recursos ha logrado maravillas, pese haber tenido que trillar un trabajo duro y lleno de entuertos.

Otra barrera, asegura Castaños Guzmán, es de coordinación, ya que se pierden muchos órganos en los centros públicos y privados de salud, debido a que no se ha logrado aún establecer una red nacional que pueda crear la plataforma para que los órganos puedan ser utilizados y aprovechados.

Dijo que aunque el Incort ha hecho grandes esfuerzos, aún falta mucho por hacer.

“Aspiramos a que el próximo gobierno nos identifi - que y nos dé el apoyo para declarar el HGPS como el centro nacional de trasplantes de órganos y de esa forma poder concentrar los esfuerzos y recursos en un programa que ya demostró calidad y que está al alcance de todos los dominicanos”, dice.

Según el Incort
En el país cerca de 140 a 170 pacientes por millón de habitantes forman el conglomerado de pacientes urémicos, o sea, que sufren de insuficiencia renal crónica (IRC), estimándose que cada año aproximadamente 1,200 pacientes necesitarán de algún método dialítico o de un trasplante renal para poder sobrevivir.

Entre veinte y treinta cardiópatas en fase terminal por millón de habitantes necesitarán del trasplante de un corazón sano para mantenerse vivos; unos 10,000 pacientes necesitarán de córneas para dejar su condición de ciegos, a las que se suman necesidades de otros órganos como hígado, páncreas, pulmones, intestinos y otros tejidos como médula ósea, hueso, cartílago y piel.

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EL PACIENTE EN DIÁLISIS QUEDA DESEMPLEADO
Cuando un paciente cae en tratamiento de diálisis difícilmente puede mantener su trabajo, no puede responder a las necesidades de un empleo, lo que le lleva a formar parte del núcleo de desempleados.

Para sobrevivir tiene que dializarse dos o tres veces por semana. Una sesión de diálisis cuesta un promedio de 5,000 pesos, que a la semana son 15,000 pesos, sin contar medicamentos y analíticas, por lo que el costo es de más de un millón de pesos por año. A esto se suma, lamenta el director del Incort, Fernando Morales Billini, que la mortalidad es muy alta, ya que a los cuatro años, menos del 30 por ciento de los pacientes sobrevive.

Ante esa realidad, señala, la salida es el trasplante, que al primer año ronda un millón de pesos, donde el paciente se estabiliza y puede iniciar su vida laboral.

Dice que el trasplante a la larga sale mucho más económico, y pone como ejemplo que mantener un paciente con trasplante renal cuesta al año 360 mil pesos, pero mantenerlo en diálisis equivale un millón de pesos.

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