El terremoto y el tsunami que recientemente afectaron Japón podrían provocar una reducción de la oferta vehicular en República Dominicana dentro de aproximadamente uno o dos meses. Sin embargo, esta disminución de la cantidad de vehículos no tendría repercusión alguna sobre los precios y tampoco afectaría la importación de los usados.La información la proveyó ayer Enrique Fernández, presidente de la Asociación de Concesionarios de Fabricantes de Vehículos (Acofave), y Alexander Genao, presidente de la Asociación de Importadores de Vehículos Usados (Asocivu).
A pesar de que estos desastres naturales paralizaron las operaciones de importantes fábricas de piezas del país asiático, los efectos directos no se sentirán en suelo dominicano, sino hasta unos meses. Esto se debe a que los importadores de vehículos reciben la dotación requerida para períodos relativamente largos, según explicó Fernández. Es por esta razón que la mayoría de los concesionarios no tendría problemas inmediatos para suplir la demanda de sus clientes.
“Hay que entender la naturaleza del sector para ver la forma en que podría afectar la situación de Japón. Lo primero es que los importadores tienen, normalmente, dos o tres meses de inventarios en sus almacenes. Otro factor es que ya había pedidos en camino desde Japón que no han llegado al país. A cortísimo plazo no hay ningún efecto”, precisó Fenández.
Sin embargo, Fernández aclaró que, una vez se agoten todas las reservas de vehículos y de repuestos, se sentirá de forma notable la situación internacional. El presidente de Acofave, no obstante, afirmó que existe un elemento favorable para los importadores y los consumidores nacionales, ya que que no todas las unidades de marcas japonesas provienen del país asiático, pues muchas son traídas de Estado Unidos, México y Argentina, donde se realizan tareas de ensamblaje.
De su lado, el presidente de Asocivu expresó que la situación adversa por la que atraviesa Japón no tendría efectos negativos para la importación de vehículos usados, debido a que la entrada de vehículos con el volante a la derecha se encuentra prohibida.
Por otro lado, se espera que los efectos negativos de la situación japonesa toquen negativamente a los países con los que Japón realiza intercambio comercio. Según la prensa internacional, la paralización del comercio con México y Estado Unidos perjudicaría la industria automotriz, eléctrica y electrónica.
El cierre de las plantas de Nissan, Toyota y Mazda en Japón podría perjudicar la producción de vehículos en México, debido a la falta de partes de vehículos provenientes de oriente.
Japón ha ocupado lugares preponderantes dentro de la economía mundial.
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