El pasado 16 de abril, un menor de 16 años de edad fue apresado tras haber violado sexualmente a una niña de cuatro años. El hecho ocurrió en el sector Ingenio Arriba.
Cinco meses después otros cuatro menores intentaron asesinar a otro taxista para despojarlo de su vehículo.
Algunos de los jovencitos apresados por drogas son llevados al Hogar Crea que funciona en la comunidad Guazumal, de Tamboril. El centro tiene capacidad para recibir a 30 internos.
En este lugar de recuperación se aceptan menores desde los ocho hasta los 14 años.
De acuerdo con la fiscal de Santiago, Yenni Berenice Reynoso, la mayoría de los casos que el Ministerio Público declina son por distribución y consumo de drogas, y en segundo lugar por robo.
“En los últimos meses ha habido un aumento de los casos de delitos monetarios en la que están involucrados estos adolescentes”, informó Reynoso al ser entrevistada por El Caribe.
De su lado, la magistrada Antia Beato, de la Corte de Niños, Niñas y Adolescente, afirma que el hecho de que no existan tantos menores en los centros de rehabilitación obedece al cumplimiento de la ley que, según dice, es clara y sólo establece privación de libertad en casos de homicidios, tráfico de drogas, robo agravado y violación.
Contrario a otros planteamientos, asegura que son menos los menores involucrados en hechos delictivos que los adultos. Diversos sectores del país han planteado modificar el Código del Menor.
Valores
Antia Beato
Procuradora fiscal
“Muchas veces vemos que se les ponen como medidas presentación periódica, porque no todos los hechos permiten que sean privados de su libertad. Lo que sí podemos decir es que los delitos cometidos en la ciudad, en su mayoría, no son cometidos por adolescentes”.
Andrés Reyes
Pastor
“Entendemos que deben volver los valores morales al seno de la familia, en estos tiempos donde padres y madres se están dedicando a trabajar fuera y sus hijos se quedan con la televisión o computadora, y allí ven hechos de violencia que son nocivos para el crecimiento”.
Posición religiosa
Para el pastor Andrés Reyes, de la Iglesia adventista, y quien trabaja con jóvenes de esa congregación, las principales causas de incursión de adolescentes en crímenes son la degradación moral y la falta de valores. El religioso atribuye a la clase política parte de la responsabilidad, pues, según dice, no juegan su papel.
“Muchas veces la doble moral entre nuestros dirigentes políticos y de otros líderes, nuestros jóvenes tratan de imitarla, y eso, lamentablemente, nos trae una terrible consecuencia familiar”, indica. Reconoce que los niveles de pobreza también son realidades que inciden en el comportamiento de los menores.
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