miércoles, 2 de marzo de 2011
Incautan bienes y dinero al mensajero
Destituyen a Melanio, a Franklin Almeyda y a José Tomás Pérez
Señora de 84 años fallece de cólera en Villa González
En tanto, en la última semana se registraron 44 nuevos casos de dengue, con lo que suman 235 los casos en lo que va de año, de los cuales 20 son del tipo hemorrágico o con signo de alerta, pero no se ha confirmado ninguna mortalidad por esa enfermedad.
Según explica el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud Pública, la señora que murió de cólera residía en el paraje Briza la Breña del Municipio de Villa González.
Comenzó a sentir los síntomas el 10 de febrero y falleció 10 días después. Hasta la semana pasada el número de afectados de cólera en el país alcanzaba los 470 casos, desde noviembre pasado a la fecha.
En tanto los casos de malaria se mantienen en aumento en el país, registrándose 359 en lo que va de año, 73 más que los registrados en el mismo período del año pasado. En la semana pasada se notificaron 36 nuevos casos, seis de los cuales fueron importados desde Haití.
De acuerdo al boletín, las provincias con mayores casos de malaria durante la última semana fueron Azua, Independencia, Bahoruco y Dajabón.
En tanto que con transmisión activa del dengue se mantienen las provincias Monseñor Nouel, Espaillat, La Vega, San Cristóbal, Azua, Peravia, Puerto Plata, Hermanas Mirabal, Duarte, San Pedro de Macorís, Santo Domingo y el Distrito Nacional.
Demandan más servicios en hospitales de Santiago
Esa misma queja se multiplica en otros pacientes que acuden al hospital regional José María Cabral y Báez, el más importante de aquí, y al que además llegan pacientes de otros pueblos de la región del Cibao y hasta desde Haití.
“No quieren atender a mi madre porque no hay camas, pero hay muchos haitianos que las están ocupando”, se queja Aralkiria Fernández, quien junto a otros hermanos esperaba cerca de la emergencia del Cabral y Báez, a fin de que le dieran ingreso a su madre.
“Dicen que a pesar de que son extranjeros ilegales, también son seres humanos y no pueden tirarlos al piso para darle la cama a otro paciente porque eso sería discriminación”, comenta.
Así de cruda es la realidad cotidiana de los hospitales públicos de la provincia de Santiago. Es más allá de lo que se percibe desde afuera y del ambiente que presentan sus autoridades.
Los pacientes, médicos y personal de estos centros son fieles testigos de lo que se vive, al ver cómo se deterioran muchas áreas importantes de servicio y también sus estructuras físicas.
Además del Cabral y Báez, aquí operan los regionales Arturo Grullón, pediátrico, y el Presidente Estrella Ureña, del Seguro Social, a los que acuden pacientes, no sólo de las 14 provincias del Cibao, sino también de otras zonas, así como de algunas partes de Santo Domingo, del Sur y del Este del país.
Asimismo, funcionan cinco centros periféricos que maneja el Ministerio de Salud Pública ubicados en Bella Vista, Cienfuegos, ensanche Libertad, Pekín y Monte Adentro, así como el hospital semiregional de Navarrete.
El ex presidente de la regional Norte del Colegio Médico Dominicano (CMD), Manasés Peña, dice que ese importante hospital siempre tiene problemas con el servicio de los ascensores y que los aires acondicionados del área de Emergencia tienen dificultades.
Expone que hay problemas con el suministro de insumos a los laboratorios, debido a que a las casas suplidoras no se les paga a tiempo y por eso los pacientes muchas veces tienen que salir del hospital y dirigirse a otras partes para hacerse los análisis.
Peña sostiene que desde hace tiempo el sistema de bocinas del hospital está dañado, por lo que sugiere que se rehabilite, debido a que ese servicio es de vital importancia para garantizar una atención de salud más eficiente a los pacientes.
Sin embargo, reconoce que las unidades de rayos X y tomografía en los últimos meses están funcionando bien. El médico critica las elevadas cuotas de recuperación que se les cobra a los pacientes y la abultada nómina que hay en el mismo, ya que actualmente tiene más de tres mil empleados.
Sostiene que similares problemas enfrentan cuatro de los cinco hospitales periféricos de Santiago y los subcentros de los demás municipios de la provincia.
Allí muchos pacientes permanecen internos hasta tres meses, cuando lo normal sería tratarles su gravedad o su dolencia delicada y luego transferirlos a otras salas, de acuerdo al gremialista, aunque afirma que una comisión del CMD trata de buscarle una salida a esa problemática, junto al director del centro, Nelson Báez Noyer.
Pero también carece de medicamentos y en ocasiones de material gastable. A eso se suma que el centro hospitalario está desbordado por el alto número de usuarios a quienes brindan servicios, provenientes de las 14 provincias del Cibao, sin contar con la gran cantidad pacientes haitianos, que incluso llegan desde Haití en busca de servicios de salud.
En ese contexto, Peña explica que los partos de haitianas nada más en el hospital Cabral y Báez se han quintuplicado y superan la cantidad de parturientas dominicanas. Esa misma realidad se percibe en otros centros de salud.
“Por eso encontramos que en una área preparada de la Unidad de Emergencia para observaciones no mayor de 24 a 72 horas, muchos pacientes de diferentes enfermedades duran más de 90 días”, insistió.
Indica que ese sistema fue instalado en 1978 justamente cuando se inauguró el hospital.
Para García, la situación del Cabral y Báez no es tan crítica como la quieren pintar y revela que allí emergen muchos intereses políticos, económicos y gremialistas.
“Quienes son los que manejan los pacientes, médicos y enfermeras, y si entonces ellos dicen que hay un mal servicio y que hay problemas en la atención, pues, sencillamente ellos mismos se están incriminando”, precisa el portavoz.
En cuanto al área de Emergencia, considera que habría que ver cuáles son las causas de esos problemas, pero insiste que son médicos y enfermeras los que tratan y tienen contacto con los pacientes que van a esa unidad.
A este respecto, el presidene del Sindicato Nacional de Trabajadores de Enfermería, Silvano Geraldino explicó que en el hospital de Cienfuegos a una embarazada se le practicó una cesárea y la retuvieron porque ni ella ni sus familiares tenían los cinco mil pesos que le reclamaba la administración como cuota de recuperación.
Pero también expresa que en el hospital zonal de Navarrete, a otras dos embarazadas les negaron atenciones médicas de emergencia cuando acudieron a dar a luz, porque se descubrió que no tenían los seis mil pesos que les exigieron como cuotas de recuperación.
“Pero peor aún a una señora que trabaja en ese centro de salud de Navarrete, le hicieron un procedimiento y le estaban cobrando 2,500 pesos, pero ella les dijo que no tenía ese dinero, pero finalmente se lo dejaron en 2,000 pesos, pero sus familiares apenas reunieron 1,500, la administración los aceptó, pero le descontaron del sueldo los otros restantes 500 pesos que faltaban por pagar”, denuncia. Según Geraldino, estos hospitales, sobre todo los periféricos, necesitan mejor gerencia y abogó porque se dé mejor uso al dinero acumulado por las cuotas de recuperación que se les cobra obligatoriamente a los pacientes pobres.
Joven padece extraño mal que la hace llorar sangre
Con apenas 17 años, vivir con el temor de morir en un instante bañada en su propia sangre es una pesadilla que atormenta a esta joven desde el 18 de noviembre del año pasado.
Delfina Cedeño comenzó a sudar sangre una tarde cuando comía helado con unos amigos en Verón, Bávaro.
Actualmente, la adolescente está interna desde el jueves en la Clínica Cruz Jiminian, en el sector Cristo Rey de la capital, luego de ser ingresada 56 veces en diferentes hospitales de la ciudad, sin respuesta alguna a su rara condición.
Sin obtener respuestas por parte de los médicos, dice que solo le queda entregar su condición a Dios.
Mariana Cedeño, madre de la paciente, está agradecida por las atenciones que le ha brindado el doctor Félix Antonio Cruz Jiminián, apoyo que no encontró en ningún otro médico.
“Yo llevé a mi hija a la Plaza de la Salud, y le dieron de alta sangrando, y los médicos sólo me dijeron llévatela que no hay nada que hacer con ella”, explicó.
“Ya no tengo ni como alimentarla”, así expresa entre llantos Mariana, quien no ve la hora en que le digan que su hija está curada y que se la pude llevar a casa.
Precisó que su hija pesa 135 libras de 185 que tenía antes de enfermarse, además de que se desmaya cuando le da el sol.
La dama trabajaba en el Hotel Club Men como camarera, pero dejó el empleo para dedicarse por completo al cuidado de su hija, lo que conllevó hipotecar la casa para pagar los gastos de las veces que estuvo ingresada en clínicas.
La joven madre dijo que al principio la llamaron loca, buscó ayuda pero no la recibió, hasta ir donde el doctor Cruz Jiminián, que a través de su fundación está haciéndose cargo de su hija sin ningún costo. “Dios bendiga a este doctor”, precisó.
El padre de Delfina la abandonó a ella y a su madre cuando la niña tenía dos meses de nacida, por lo que no recibe ningún tipo de apoyo de su progenitor.
“Quedé sorprendido cuando vi a la paciente, es el primer caso que veo en mis años de médico”, precisó Cruz Jiminián.
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