Una vez esos pacientes son recuperados y luego de un internamiento que podría durar meses, el hospital enfrenta la problemática de salir a buscar a la familia y muchas veces ésta se niega a recibir el familiar, reveló su directora Dulce Javier.
“Por qué no se lo comieron”, fue la expresión usada por un padre en el interior del país cuando personal del hospital psiquiátrico le llevó a su casa a su hijo recuperado luego de varios meses ingresado en el centro.
Ese caso es uno de los tantos que guarda en su memoria el administrador del hospital, Ramón García, quien estuvo a cargo de esa entrega.
En el hospital viven actualmente 63 pacientes psiquiátricos, muchos ya envejecientes, que una vez llegaron no pudieron salir del centro debido a que perdieron contacto con sus familiares.
Sus autoridades enfrentan la problemática de que aparte de los pacientes y empleados, en el centro comen con frecuencia personas de la comunidad que entran aprovechando que la parte trasera no tiene verja.
La directora del hospital detalló que debido a la práctica del abandono, cada día tienen que disponer de un personal, un vehículo, y de su presupuesto para comprar combustible y trasladar a los pacientes a sus hogares, una vez están recuperados y logran informar el nombre de sus parientes y la dirección donde viven. Otros se quedan en el hospital porque no se logra ningún tipo de contacto con la familia.
“Hoy mandamos unas pacientes a sus hogares, pero tuvimos que comprarles hasta calzados para no mandarlas descalzas, porque los familiares los dejan absolutamente sin nada”, señaló Javier.
Comentó que también se da con frecuencia que algunos pacientes no se quieren ir a su casa cuando se recuperan, porque en el hospital encuentran techo y comida.
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