Las cañadas que vierten sus aguas hacia el río Yaque del Norte lo invaden de basura y otros desperdicios contaminantes.Mientras que las instituciones llamadas a velar por el rescate y saneamiento de sus aguas mantienen un enfrentamiento, al punto que ni alcaldía, ni el Ministerio de Medio Ambiente han asumido la recogida de desechos de animales lanzados desde el pasado mes de diciembre en la ribera del Yaque.
La cañada de Gurabito que recorre varias comunidades, pasa cercano a la tenería, la cantidad de materiales plásticos y botellas, prácticamente impiden el cauce normal del agua. El afluente vierte sus aguas y sus desechos en el río Yaque cercano al palacio de justicia Federico Álvarez. “La falta de conciencia es lo que está acabando con nuestros ríos y cañadas y vemos cómo la contaminación ya no es solo culpa de las autoridades sino de las gentes que la lanzan todo tipo de desperdicios”, apuntó Rosario Mendoza.
A la cantidad de basuras vertidas en las cañadas, se agrega, que un tramo importante del río Yaque del Norte, a su paso por el casco urbano permanece arropado por la hierba y es utilizada para la crianza de animales. Lo mismo sucede con los canales de riego que llevan agua a las comunidades de la línea Noroeste y Villa González, infectadas por la contaminación de desperdicios.
La semana pasada elCaribe se hizo eco de la denuncia de desechos cárnicos en la ribera del Yaque, cercano a la entrada del sector La Otra banda al sur del municipio. A prácticamente doce días de la publicación, los huesos permanecen en el mismo lugar, causando malestar entre los moradores de los barrios La Joya y Baracoa, debido al hedor que se desprende.
El director provincial de Medio Ambiente, Mario Tejada, quien supervisó personalmente la zona afectada, advirtió que los desechos debían ser recogidos por las personas que los lanzaron y aunque prometió sanciones, tras identificarlos, por el caso aún no hay ningún detenido.
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