Familiares se han resignado a realidad de que no encontrarán con vida a sus parientes envueltos en la travesía y están llegando con los ataúdes hasta la morgue del hospital, Señorita Elupina Cordero con los ataúdes, para sí aparecen los cuerpos les sean entregados y sepultarlos.
Ha sido ampliamente criticado y condenado por líderes comunitarios y religiosos de Sabana de la Mar, que los sobrevivientes del naufragio hayan sido sacados con quemaduras y lesiones del hospital para llevarlos al cuartel de la Marina de Guerra en esta ciudad, en condición de detenidos.
Los recientes siete cadáveres recuperados son de Rafael Antonio Calderón, de 36 años; quien era nativo de San Francisco de Macorís y padre de seis hijos; Yovani Alejandro Tejada Abreu, 42 años, de San Francisco de Macorís; Altagracia Sosa del Orbe, 44 años, del ensanche Quisqueya en Santo Domingo; Hipólito Moscoso, 21 años de Moca; Tony Rafael Mercedes, de 25 años, también de San Francisco; Yoel Mercedes, y una mujer que no ha sido identificada.
Con la recuperación de los siete cadáveres se eleva a 19 el número de muertos desde que se inició la búsqueda, el sábado a las 2:00 de la tarde, mientras que hay unos 32 desaparecidos, según aseguró el contraalmirante, Luis Castro, director de Investigaciones de la Marina de Guerra, quien está al frente de la operación de rescate.
Ayer no fueron localizados sobrevivientes, mientras que el vicealmirante Luis Castro, del Departamento de Investigaciones de la Marina de Guerra, dijo que es imposible que a más de 24 horas del naufragio de la embarcación se encuentren más personas con vida en las aguas, a menos de que hayan sido rescatados por otra embarcación y llevados a otro lugar.
Consideró de dramático el cuadro de familias llorando y desesperadas buscando a sus parientes, mientras se disipan las posibilidades de encontrar a otros náufragos con vida.
Cientos de familiares de pueblos del Cibao, como San Francisco, Cotuí, Fantino, Cabrera, Yuna, Nagua, Puerto Plata, Tenares y Moca, permanecen desde la tarde del sábado en el perímetro costero de Sabana de la Mar y en el hospital Elupina Cordero, a la espera de que lleguen aunque sean los cuerpos sin vida de parientes.
Mientras que varios de ellos han llevado ataúdes a la morgue del hospital Señorita Elupina Cordero, aunque todavía no han sido localizados sus parientes que iban en la embarcación que zozobró.
Los cadáveres de los siete cuerpos recuperados fueron examinados por el médico legista, Santini Calderón Gastón, quien los refirió al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), que opera en el hospital regional, “Dr. Antonio Musa”, en San Pedro de Macorís, para fines de necropsia.
El contraalmirante, Luis Castro, de Investigaciones de la Marina de Guerra, confirmó que tienen dos embarcaciones y que están suministrando el combustible a otras cuatro de pescadores, para localizar posibles sobrevivientes o víctimas en las aguas marinas de la bahía de Samaná, donde naufragó la embarcación con 65 pasajeros a bordo.
El mar estuvo tranquilo ayer domingo, lo que ayudó a localizar los siete cadáveres.
La travesía ilegal fue calculada en RD$1.5 millones que fueron pagados en efectivo a una persona solo identificada como “Berto”, presunto organizador del viaje, según dijo un sobreviviente.
Durante el domingo el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos formó parte del equipo que realiza la búsqueda de las personas que continúan desaparecidas en el mar, tras zozobrar la embarcación en la que se disponían a viajar a Puerto Rico.
El pasado sábado Rey David Cepeda, de 38 años y uno de los sobrevivientes de naufragio, dijo que que la embarcación de 26 pies de eslora salió con 65 pasajeros a bordo, pese a que su capacidad era de 32.
Explicó que nadó más de seis horas en la Bahía de Samaná para llegar a salvo a la costa. El frustrado viajero reveló que pagó 30 mil pesos por la travesía. “He viajado cinco veces y estoy dispuesto a seguir cogiendo la yola porque no aguanto la falta de cuarto”, dijo en su lecho del hospital.
Los magistrados Robert Justo y Manuel Emilio Santana Montero, fiscales de Samaná y Hato Mayor, respectivamente, fueron instruidos para realizar las indagatorias.
Las instrucciones fueron dadas a conocer a través de una información difundida por el Departamento de Prensa de la Procuraduría General de la República.
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