Ciudad del Vaticano (EFE).- El féretro con los restos de Juan Pablo II será sacado de su tumba, en las Grutas Vaticanas, el 29 de abril y colocado el 1 de mayo delante del Altar de la Confesión de la basílica de San Pedro, para que los fieles puedan venerarlo tras ser beatificado por Benedicto XVI.
Una vez fuera de la tumba, el ataúd será colocado sobre un catafalco cubierto con una tela blanca delante de la monumental tumba de San Pedro, en las Grutas Vaticanas, donde permanecerá hasta la mañana de 1 de mayo, pocas horas antes de que comience la ceremonia de beatificación, según precisó hoy el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
Las Grutas Vaticanas (cripta) permanecerán cerradas al público los días 29 y 30 de abril y primero de mayo.
El féretro con los restos del papa Wojtyla, fallecido el 2 de abril de 2005 a los casi 85 años (los cumplía el 20 de mayo) no será abierto, ni el cadáver exhumando, señaló Lombardi.
"No se verá el cadáver de Juan Pablo II", subrayó Lombardi, que dijo que no será exhumando debido al corto espacio de tiempo que hace de su fallecimiento.
Una vez que Benedicto XVI lo haya proclamado beato, en una ceremonia que comenzará a las nueve de la mañana (07.00 gmt) del primero de mayo, el papa Ratzinger acompañado de los cardenales con los que concelebrará la misa, irán en procesión desde la Plaza de San Pedro hasta el interior de la basílica, donde se postrarán ante el féretro y rezarán.
Después, todos los fieles que lo deseen podrán acercarse hasta el féretro para rendir homenaje al Papa que guió a la Iglesia durante casi 27 años (1978-2005) y la introdujo en el tercer milenio.
La basílica de San Pedro estará abierta mientras que dure el flujo de fieles, para permitir que los cientos de miles que se
esperan puedan rezar ante el primer pontífice polaco de la historia.
Una vez concluida las celebraciones, el féretro será trasladado a una capilla del templo vaticano, para permitir una mayor afluencia de fieles en el futuro.
Se trata de la capilla de San Sebastián, que está en la parte derecha, entrando a la basílica de San Pedro, entre la que acoge a la "Piedad", de Miguel Ángel, y la Capilla del Santísimo.
Esta capilla, que ya ha sido restaurada, con nueva iluminación y sonido, guarda actualmente los restos del papa Inocencio XI (1611-1689).
El próximo viernes, una vez cerrada al público la basílica de San Pedro, la urna con los restos de Inocencio XI serán trasladados al Altar de las Transfiguración, en una ceremonia sencilla, presidida por el cardenal arcipreste del templo, Angelo Comastri, y elcapítulo catedralicio.
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