Alburquerque, quien encabeza la delegación dominicana en este importante cónclave mundial, dijo que para que el país pueda enfrentar adecuadamente el impacto del fenómeno del calentamiento global sobre las áreas de turismo, agua y energía, requiere inversiones de más de US$8,500 millones.
El vicepresidente advirtió que los efectos del cambio climático desde hace tiempo se están sintiendo con claridad en la isla, y puso de ejemplo la crecida constante de los lagos Enriquillo y Azuei, cuyas inundaciones han dejado bajo las aguas a cientos de miles de tareas de producción agrícola y ganadera, y han obligado al desplazamiento de cientos de familias pobres campesinas.
“Es inquebrantable la voluntad de contribuir a reducir las causas del cambio climático, pero necesitamos apoyo en el orden financiero”, dijo.
Expresó que el incremento de la pobreza, el hambre, las enfermedades y los eventos climáticos dependerán de los compromisos que asuman las naciones y advirtió que de no ser así, las repercusiones de la inacción serían devastadores para el mundo.
“No cerremos a Cancún matando la esperanza”, expresó el vicepresidente Alburquerque tras manifestar que la humanidad tiene sus expectativas puestas en los acuerdos que definan políticas globales para enfrentar con eficacia el cambio climático.
Para dejar atrás la amarga experiencia de la cumbre de 2009 en Copenhague, donde los países ricos no pudieron alcanzar ningún acuerdo sobre la reducción de los gases de invernadero, Alburquerque hizo un ferviente llamado a las naciones desarrolladas a asumir con responsabilidad “histórica e intergeneracional” las obligaciones que permitan a partir de 2011, “actuar en el marco de un nuevo y eficiente régimen climático mundial”.
Consideró que “es hora de actuar con firmeza y compromiso” porque aunque la realidad del cambio climático no está en duda, sí lo está la capacidad de los países de tomar decisiones colectivas para enfrentar unidos los grandes retos que se derivan del cambio climático.
El escaso nivel de las delegaciones de los países ricos que participan en la cumbre envía una señal sobre los resultados finales de este encuentro, en el que prevalece la frustración de los representantes de las naciones en vía de desarrollo, que enrostran a las desarrolladas ser los responsables de que no se hayan concretado los acuerdos que esperan los pueblos del mundo.
Además del vicepresidente Alburquerque, la delegación dominicana que participa en la cumbre de Cancún la integra el ministro de medio ambiente, Jaime David Fernández Mirabal.
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