Las niñas María Teresa y Teresa María están a la espera de ser llevadas en diciembre próximo a un hospital de Virginia, en Estados Unidos, para ser sometidas a una primera evaluación que determinará la posibilidad de su separación.
Mientras tanto, su madre Elisandra Sanati Valdez las mantiene dándoles los cuidados en su casa, la cual fue remodelada por el Despacho de la Primera Dama para favorecer un mejor desenvolvimiento, y también le suministra los pañales desechables y la leche que consumen mensualmente las infantes.
“Todo el día se la pasan riéndose y jugando una con la otra”, dice sonriente la madre, quien asegura que disfruta cada momento de ellas. “Yo les corto siempre las uñitas para evitar que se hagan daño, pero sé que cuando tengan dientes, María Teresa va a morder a Teresa María, porque ella siempre le está entrando los dedos en la boca”, cuenta.
Dice que la más inquieta es María Teresa, a la que define como un torbellino, pero precisa que Teresa María ya dice mamá, mientras la hermana ahora está haciendo el intento por decirlo. Cuenta que siempre le hace moñitos a las dos para que estén bonitas, pero que una se los quita a la otra, y así se pasan el día. Revela que son muy comelonas, pues María Teresa, la más flaquita de las siamesas, se toma 10 onzas de leche, y la hermana seis y siete onzas.
Su madre asegura que la mayor preocupación que ronda en su cabeza es ver convertida en realidad la separación de las niñas. “Aquí hay gente que viene a desanimarme, a decirme que sólo se puede salvar una, pero yo tengo la confianza en Dios de que las dos van a salir bien de la operación”.
Elisandra dice que diariamente eleva plegarias a Dios para que las niñas sean separadas y que salgan bien de la operación.
La madre asegura estar muy agradecida del apoyo que ha recibido de las autoridades, sobre todo de la Primera Dama, Margarita Cedeño de Fernández. Las siamesas nacieron el pasado ocho de abril en el hospital Luis Eduardo Aybar. Luego fueron trasladadas al Infantil Robert Reid Cabral, donde de acuerdo a las evaluaciones médicas hechas, se determinó que comparten el hígado y parte de los intestinos.
Elisandra dice que ya es muy diestra cuidándolas y bañándolas, y ha recibido mucho apoyo de sus familiares y vecinos que le ayudan con los quehaceres del hogar.
Asegura que las niñas son sanas, ya que después que están en la casa sólo se han enfermado una vez, cuando presentaron diarrea. En la última cita médica las niñas pesaban ambas 30 libras.
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