Una mujer que habría lanzado la sustancia conocida como “ácido del diablo” a una empleada del Instituto de Estabilización de Precios (INESPRE), la cual perdió un ojo y quedó con el rostro totalmente desfigurado, se escapó del cuartel General de la Policía, donde fue recluida en la tarde de ayer.
Al menos cuatro agentes de la policía fueron puestos bajo arresto por la fuga, informó el coronel Adrian Urbáez.
Cesarina Raquel Páez, pariente del ex jefe de la Policía, Bernardo Santana Páez, lanzó la sustancia motivada por celos a María Dolores Díaz, 33 años, cuando ésta salía del supermercado de Inespre en El Seibo.
La detenida habría escapado del cuartel policial la madrugada de hoy en compañía de una hermana que no fue identificada.
Guillermo Nolasco presidente de la seccional Seibo del Colegio Dominicano de Abogados consideró como un acto de negligencia policial, violatorio a la ley 96-04, haber dejado “fugar” a la imputada.
“Es una mala práctica de parte de la policía dejar acompañar por un familiar una detenida”, refirió el profesional del Derecho.
Denunció que Cesarina Raquel Páez tiene visa y podría salir del país, por lo que instó tanto al coronel Adrian Urbáez a encaminar acciones en busca de que se impida que la misma salga del país.
Según expresó al programa “El Poder de La Mañana”, Adrian Urbáez, coronel de la Policía Nacional, con relación a la desaparición de Cesarina están apresados varios agentes.
En tanto familiares de Cesarina Páez, mostraron preocupación por lo que consideran como una desaparición y denuncian que familiares de la afectada amenazan con tomar venganza.
Las críticas a la comandancia policial por la fuga o desaparición de Cesarina se suma un caso similar que se había registrado con el sospechoso de un robo efectuado en la Compraventa El Maestro, propiedad de Carlos de La Rosa, cuyo implicado se desapareció del cuartel de manera sorprendente.
Con relación a María Dolores Díaz (Yesenia) se supo que la misma está recluida en la Plaza de la Salud en Santo Domingo con lesiones graves en el rostro y pérdida parcial de la visión de uno de sus ojos.
Personal de seguridad del Inespre asegura que la agresora llevaba varias horas frente al establecimiento comercial, lo que habría despertado sospechas, pero que nunca imaginaron lo que la mujer pretendía hacer.
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