El arzobispo de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa Carpio, dijo ayer que es necesario que en el país haya “cero tolerancia para los abusos de niños, a la desocupación, al hambre, y cero a la violencia.
Igualmente, entiende que debe haber cero tolerancia al adulterio, a esas infidelidades matrimoniales, el cero ante tantas realidades de la vida que hacen daño.
Dijo que la nota cero no es permitida en ciertas dimensiones de la vida, cero en los exámenes es un mal indicativo, por eso los padres, los maestros no permiten el cero.
Sin embargo, monseñor De la Rosa Carpio, dijo al analizar la problemática social que ante otras realidades de la vida, es necesario poner el cero.
“Cero tolerancia a los abusos de niños, cero tolerancia a la desocupación, cero tolerancia al hambre, cero a la violencia, cero al adulterio, cero a esas infidelidades matrimoniales, el cero ante tantas realidades de la vida que hacen daño.
Igualmente, abogó porque “no pongamos nunca el cero en la solidaridad, ni el cero tampoco en el hacer el bien, ni el cero en la productividad, ni el cero en entregarnos a los demás, pero en todo aquello que sea dañino para un ser humano, sea un niño, una mujer, un hombre, quien quiera que sea, es necesario poner el cero.
Igualmente, entiende que debe haber cero tolerancia al adulterio, a esas infidelidades matrimoniales, el cero ante tantas realidades de la vida que hacen daño.
Dijo que la nota cero no es permitida en ciertas dimensiones de la vida, cero en los exámenes es un mal indicativo, por eso los padres, los maestros no permiten el cero.
Sin embargo, monseñor De la Rosa Carpio, dijo al analizar la problemática social que ante otras realidades de la vida, es necesario poner el cero.
“Cero tolerancia a los abusos de niños, cero tolerancia a la desocupación, cero tolerancia al hambre, cero a la violencia, cero al adulterio, cero a esas infidelidades matrimoniales, el cero ante tantas realidades de la vida que hacen daño.
Igualmente, abogó porque “no pongamos nunca el cero en la solidaridad, ni el cero tampoco en el hacer el bien, ni el cero en la productividad, ni el cero en entregarnos a los demás, pero en todo aquello que sea dañino para un ser humano, sea un niño, una mujer, un hombre, quien quiera que sea, es necesario poner el cero.
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