La muerte del ex combatiente constitucionalista Claudio Caamaño tras un accidente de tránsito ha lastimado nueva vez las heridas de decenas de dominicanos que han vivido experiencias de denegación de servicios y rebotes de pacientes de un centro de salud a otro, y puesto en evidencia las debilidades del sistema de salud dominicano, cuyo déficit de camas en medicina crítica se estima en cerca de 60 por ciento.
Las historias recogidas por Listín Diario a través de sus redes sociales son muchas y variadas. Cada una demuestra la odisea que se vive cuando se acude a un centro de salud, público o privado, en busca de atención con un paciente que presenta condiciones críticas.
A nivel nacional hay alrededor de 450 camas en unidades de cuidados críticos. En el sector público, el país cuenta con unas 160 camas de cuidados intensivos, cifra muy por debajo de los requerimientos que se estiman en alrededor de 400, de acuerdo a informaciones ofrecidas por el director Nacional de Salud, Ramón Alvarado, quien en las últimas semanas ha agregado unas ocho nuevas camas.
En el sector privado el número de camas de este tipo es de 292 incluyendo patronatos y las Fuerzas Armadas, de las cuales la mayoría están en Santo Domingo de acuerdo a un levantamiento hecho en el 2014 por la Sociedad de Medicina Crítica y de Cuidados Intensivos (Sodemecu).
Los estándares de salud establecen que por cada 10 camas de dotación o para la atención de pacientes que se tenga, debe haber una de cuidados críticos.
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