Las personas afiliadas a las distintas administradoras de fondos de pensiones (AFP) tienen derecho de saber en qué se invierte su dinero y los beneficios que le genera.
Así lo afirmó la directora comercial del Scotia Crecer AFP, Gina Cordero De Duluc, al momento de anunciar que la entidad fortalece sus operaciones posicionándose como la primera AFP en superar el millón de afiliados alcanzando una participación de un 33.2% en el mercado.
En una entrevista concedida al LISTÍN DIARIO, la ejecutiva indicó que las AFP’s sólo pueden invertir los recursos de sus afiliados en los instrumentos financieros autorizados por la Ley 87-01, y que en la actualidad los fondos que administra la entidad han logrando alcanzar una rentabilidad promedio de 10.45%.
Agregó que Scotia Crecer AFP envía mensualmente a sus clientes, vía correo electrónico, un informe detallado de su cuenta de capitalización individual y le ofrece cualquier tipo de datos adicionales que requiera el afiliado.
Apuntó que para que una persona logre una pensión digna debe acumular 360 cotizaciones, o lo que es lo mismo, 30 años de trabajo. “La edad mínima legal de retiro es de 60 años. Sin embargo, existe la posibilidad de retirarse a los 55 años, siempre y cuando se cuente con un fondo acumulado que le permita financiar una pensión superior al 50% de la pensión mínima”, sostiene.
Cordero De Duluc detalló que a diciembre de 2015, la entidad ha otorgado 1,297 pensiones por discapacidad y 1,410 por sobrevivencia (30% y 27% del mercado).
Al responder la pregunta de qué pasa con los fondos acumulados cuando un afiliado muere, la ejecutiva señaló que en ese caso la Ley estipula que sus beneficiarios deben recibir una pensión del 60% del salario promedio cotizable de los últimos tres años, por un período que dependerá de la edad de los mismos. Agregó que estos tienen hasta dos años para reclamar sus derechos.
Garantía
Ante el excepticismo que muestran las y los trabajadores sobre el sistema de pensiones, la directora comercial del Scotia Crecer AFP refirió que existen diversos mecanismos de control (entre normativos, financieros y prudenciales) que garantizan que estos recursos sean destinados al propósito para el que fueron creados, es decir, al pago de pensiones al momento del retiro de los empleados.
Señaló, además, que la entidad que representa asume una política de inversión que busca maximizar los recursos de sus afiliados, en base a un adecuado equilibrio entre el nivel de riesgo, la rentabilidad y el tiempo de retorno de las inversiones.
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