El hombre, quien también dijo que es dirigente comunitario se identificó como Félix Morillo.
El hombre fue apresado de inmediato por agentes policiales. Al ser sacado de la iglesia por los agentes este gritaba y repetía "llévenme a La Victoria", en referencia a la cárcel que tiene ese nombre.
Ante la abrupta e inesperada interrupción del religioso, los asistentes a la misa pensaron que sucedería lo peor.
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