La vida cristiana no es una vida religiosa, es esa vida que crea en ti un estilo cuya tendencia se enfoca en lo sobrenatural, en la vida abundante y triunfante.
Esta vida no tiene como modelo a un Cristo crucificado; se define por creer que “todo” es posible, que el amor “todo” lo cubre, y que la esperanza resiste todos los inviernos.
En ella, no solo creemos en un Cristo vivo, sino que nos relacionamos con el Todopoderoso, que está entronizado a la diestra de Dios.
No tiene como objetivo simplemente sacarte de males, limpiarte de derrotas o bendecirte. Es mucho más, la vida cristiana no es otra manera de llevar una vida con estilo, es el “estilo de vida” de quienes aman a un Cristo Vivo.
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