En la calle respaldo Gabriel A. Mora, coincide con el resto de transportistas que se dedican a esta actividad mientras aguardan la hora de salida de sus jóvenes “clientes” en un ambiente de camaradería.
“Yo me inicié en esto porque tenía muchas carencias. Tenía un carrito y un día cogí para acá y les dije a los compañeros que yo quería ponerme en esto. Ellos al principio como que estaban odiosos, pero ya después me aceptaron muy bien, son muy buenos compañeros”, narra.
La mitad de los que ofrecen el servicio de transporte escolar en este colegio son del sexo femenino. “Lo que pasa es que las madres le tienen más confianza a una mujer para que les transporte a sus hijos que a un hombre”, afirma David Vargas, secretario general de la Asociación de Transportistas Escolares (Asotrae).
No hay regulaciones
Este servicio, de gran importancia para los padres que no disponen de tiempo para llevar personalmente a sus hijos a sus respectivos centros de estudio, no se encuentra debidamente reglamentado ni registrado en la Oficina Técnica de Transporte Terrestre (OTTT), ente encargado de regular el transporte en el país.
No obstante, esta entidad, consciente de la cantidad de personas que se dedican a esta actividad, ha organizado cursos formativos para adiestrar a los choferes sobre primeros auxilios y rescate de pasajeros durante accidentes que involucren niños, niñas y adolescentes.
El programa está a cargo del Departamento de Educación Vial y tiene el propósito de proteger un sector vulnerable en lo que concierne a educación vial y al cumplimiento de las leyes de tránsito.
La manera en que los padres entran en contacto con los proveedores de transporte escolar es a través de las secretarias de los colegios, por Internet o por recomendación de otros padres.
Relación de confianza
“La mayoría de los muchachos vienen por recomendaciones. Ya uno tiene tanto tiempo en esto que los padres conocen a uno y hasta los mismos muchachos le dicen,- Ay yo me quiero ir con usted doña Elsa”.
Afirma que la relación de confianza que se ha establecido entre ella y las alumnas ha sido tal que muchas de las niñas que transporta durante años hasta la invitan a sus fiestas de graduación. “Ellas me quieren mucho, me dicen tía, abuela; yo hasta las regaño si se queman”.
En el caso de la Zona Oriental el servicio de transporte ronda entre los RD$1,500 a RD$1,800 mensuales dependiendo de la distancia entre el domicilio del estudiante y el colegio.
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