Una de las fuerzas movilizadoras, energizantes y poderosas de la tierra es el entusiasmo; puede llevar una carreta llena de piedras a la cima de una montaña.
El entusiasmo es un tipo de riqueza que inyecta vitalidad extrema y gozo, generando creatividad en las estructuras humanas más rígidas.
La gente exitosa como la gente de fe, es gente entusiasta, ya que generan la carga de la expectativa vigorosa y de la risueña certeza. El entusiasmo es el síntoma infalible del triunfo.
Marca el destino soñado en el corazón y agenda la victoria en cada paso a seguir. En la carrera de la vida, cuando de ganar se trata, la potencia del entusiasmo es el impulso que deja al miedo en la línea de arranque.
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