SANTO DOMINGO.- Como evolucionan los planetas, las criaturas marinas y los procesos atmosféricos, así mismo cambian las tradiciones en los pueblos. Por suerte o desdicha, República Dominicana no está exenta de eso.
La historia cristiana cuenta que el Viernes Santo el mesías, Jesús de Nazareth, fue crucificado. Desde ese día hasta el Domingo de Resurrección la tradición obligaba a una sobriedad colectiva.
Pero, aunque hoy se conmemora la crucifixión de Jesús, para algunos es como cualquier día de abril.
En un recorrido que realizó Diariolibre.com por diversos barrios del Distrito Nacional se pudo observar establecimientos comerciales abiertos con las ventas de carnes y bebidas alcohólicas.
Algo peculiar, y de seguro ajeno a los agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte, fue ver varios autobuses transitando por los túneles y elevados a alta velocidad, acción que de conocimiento público es prohibida.
Se supone, -bueno, así era años atrás- que para este día la sobriedad descansaría en el regazo de lo espiritual y teológico, sin embargo, para algunos ese tipo de peregrinaciones perdieron vigencia.
Las principales costas del país están abarrotadas de bañistas; algunos optan por llenar de agua piscinas artificiales y otros, más tradicionales, aprovechan para visitar las iglesias y compartir la reflexión en familia.
Por mencionar uno de los sectores: en Gualey hay decenas de piscinas artificiales que son patrocinadas por militantes identificados del Partido Revolucionario Dominicana, quienes se desplazan con camiones de agua y regalan termos con la figura de su candidato presidencial.
En el destacamento local los agentes aseguran que todo está bajo control, sin embargo, el colmado El Pollito fue asaltado la tarde de ayer por varios malhechores que después de perpetrar el crimen salieron caminando sin el menor cuidado y ante el asombro de las víctimas.
Ya que para este Viernes Santo no está previsto comer carne, algunas personas optan por comprar pescados en sus distintas variedades.
La libra de Salmón, Lisa y Loro, que son los más solicitados por los clientes, oscilan entre los 70 y 100 pesos. Todo depende del tamaño y la calidad que tengan.
Las habichuelas con dulces debieran ser el plato tradicional para este viernes, empero algunos alegan que no cuentan con los recursos económicos para hacerlas.
Como era de esperarse, las calles de la capital están practicamente desiertas. Quizás esa condición sea la que motive a los conductores imprudentes a hacer de las suyas un día de reflexión como hoy.
Y sea porque la evolución así lo establezca o porque la fe cristiana pierda adeptos entre los criollos, lo cierto es que, sin duda alguna, el Viernes Santo ya no es tan santo...
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