“Los países en desarrollo y desarrollados deben concentrarse en reformas estructurales que serán las que impulsarán el crecimiento futuro. De otra manera las economías seguirán tropezando”, aseguró ayer el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, en una rueda de prensa en la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI), en la que coincidió con el planteamiento de la directora gerente, Christine Lagarde, quien considera necesario buscar primero el crecimiento económico.
En la conferencia de prensa del Banco Mundial para las reuniones de primavera del FMI y el BM, Zoellick dijo que esta es su última presentación como presidente del organismo en estas reuniones, destacando el enorme activo de los funcionarios en 170 países donde se ha hecho mucho en cinco años, especialmente el haber contribuido a que el banco tenga hoy una calificación triple A (AAA), con una recapitalización a 20 años y dos reposiciones por activos por US$90,000 millones.
Recordó que esa institución financiera internacional ha pasado a un apoyo más flexible en términos financieros tras las crisis de alimentos, combustibles y financiera con US$250,000 millones. Sostuvo que todavía hay en el mundo 2,500 millones de personas viviendo con menos de US$2 por día y muchos de ellos no tienen acceso a la banca, por eso el programa de modernización está enfocado en escuchar a los clientes en vez de un enfoque descendente.
Zoellick recordó su planteamiento hecho el año pasado en el sentido de que el Banco Mundial y otros organismos reconozcan que las inversiones en la asociación y el buen gobierno son tan importantes como las inversiones en carreteras, fábricas y clínicas, al tiempo de anunciar la formación de una gran alianza mundial que dará apoyo a las organizaciones de la sociedad civil en el tema de la responsabilidad social.
Ángulos de la crisis
Zoellick dijo que la crisis europea hay que verla desde dos ángulos, desde Europa y desde los emergentes. Al respecto indicó que el futuro de la zona euro depende de las políticas individuales de los países, especialemente de consolidación fiscal y por tanto es muy difícil tomar medidas si no hay crecimiento.
Zoellick dijo que la crisis europea hay que verla desde dos ángulos, desde Europa y desde los emergentes. Al respecto indicó que el futuro de la zona euro depende de las políticas individuales de los países, especialemente de consolidación fiscal y por tanto es muy difícil tomar medidas si no hay crecimiento.
Dijo que la zona euro está en la “cuerda floja” y se van a exigir acciones ulteriores, por lo que no solo deben ser ajustes y estabilidad macroeconómica, sino en medidas de crecimiento, dar pasos equilibrados que apoyen la demanda en el crecimiento a largo plazo.
Sostuvo que el FMI también ha señalado que el sistema bancario también está bajo muchas presiones, debido a que se requiere que los bancos se recapitalicen y eso va a crear mucho estrés sobre la demanda del crédito. Indicó que esa situación le preocupa sobre todo en el caso de naciones como África, dadas las medidas escrictas adoptadas por el Comité de Basilea y que a su parecer “son demasiado estrictas”. Indicó que le complace que el Banco Mundial amplíe su compromiso a la IFC (Corporación Financiera Internacional) por US$4,000 millones.
IMPACTO NEGATIVOEl Banco Mundial prevé que una eventual desaceleración de la economía estadounidense y de Europa podría afectar el flujo de remesas hacia la región de Centroamérica y el Caribe, producto de potenciales choques y un escenario de frágiles condiciones.
El organismo financiero multilateral dice que las remesas que reciben El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y Jamaica, representan más del 10% de su producto interno bruto. En tanto, otros que aun cuando tienen un nivel relativamente bajo de remesas como porcentaje del PIB, como Barbados, Dominica y San Cristóbal y Nieves, su dependendencia es significativa sobre una base pér capita respecto a estos flujos lo que aumenta su grado de exposición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario