Luego del terremoto del 2003, en la costa Norte y especialmente el violento sismo que se convirtió en una catástrofe en el vecino Haití, más los recientes movimientos telúricos de mediana intensidad en el Sur y el Este, son factores para mayor alerta para los dominicanos y en especial la comunidad científica en la materia.
Es en ese tenor que la Sociedad de Ingenieros Estructuralistas Dominicanos hace un nuevo llamado, por medio de sus directivos, a las autoridades nacionales, para que se realice una evaluación profunda sobre la conveniencia de remodelar la planta física del hospital José María Cabral y Báez o construir otra donde funciona en la actualidad su parqueo.
Los ingenieros expertos en construcciones antisísmicas, José Ramón Cruz, Carlos José López y Joaquín Almánzar, consideran que se necesita con urgencia definir los pasos a seguir, ya que con el actual edificio y sus fallas estructurales en base a su diseño, “estamos ante la crónica de una muerte anunciada para una catástrofe”.
José Ramón Cruz, vocero de la Sociedad de Ingenieros Estructuralistas Dominicanos, dijo que una remodelación profunda para adecuar ese edificio a las normas antisísmicas sale muy costoso y no hay garantía de que el trabajo llene los cometidos necesarios, por lo que puede ser factible la construcción de una edificación y dejar el espacio de la actual para los estacionamientos.
Precisa que el diseño de este hospital corresponde a un modelo establecido en los años 70 y 80 en México y naciones de América del Sur, que demostró ser muy vulnerable a los fuertes terremotos, como el mexicano ocurrido en el año 1985. Sus columnas son cortas donde se generan desempates.
“En los diferentes estudios o diagnósticos realizados a ese edificio se comprueba que el tipo de vigas que tiene no es horizontal, que ante un fuerte sismo los techos caen y rosan los pisos mientras las columnas quedan paradas, como un palillo atraviesa un sándwich, lo que significa que no se producen agrietamientos, sino el colapso de las estructuras”, indica.
La institución considera que la solución para el grave riesgo que significa que el principal centro hospitalario público de la región del Cibao sea un peligro, amerita de una voluntad política que no ha reaccionado en los últimos 25 años, que se vienen haciendo las advertencias, especialmente desde el terremoto de México en 1985.
Cruz indica que hasta el momento solamente se le han hecho trabajos cosméticos a la planta física del Cabral y Báez, donde entre visitantes, pacientes y los que laboran en el mismo diariamente se mueven más de ocho mil personas, cuando los estudios demuestran que su estructura no soporta un sismo de algo más de siete grados, estando en una zona altamente proclive a terremotos, ya que esta isla está atravesada y rodeada con numerosas fallas que pueden generar movimientos telúricos de gran magnitud.
“Necesitamos pasar de las palabras a los hechos, pues así como Santo Domingo, nosotros aquí en Santiago y la región necesitamos contar con un hospital seguro y no vulnerable a terremotos”, precisó la entidad.
Recordó que el Cabral y Báez asiste pacientes de toda la región del Cibao.
Entre médicos, personal paramédico y empleados en esa institución, la más importante por su tamaño, el equipamiento y los servicios que ofrece de esta región, laboran más de 2,600 personas en sus diferentes departamentos. Según su relacionista público, Sergio García, entre los pacientes, consultas médicas y visitantes, a diario acuden al centro asistencial entre ocho y diez mil personas, desde diferentes puntos de esta región. Constantemente vienen profesionales de la medicina desde otros países, en especial de Estados Unidos, a desarrollar jornadas de medicina especializada a favor de pacientes de bajos ingresos.
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