Un año de prisión a chofer por accidente donde murieron siete

SD. La jueza Isabel Guzmán del Juzgado de Paz de asuntos municipales de Santo Domingo Norte ordenó un año de prisión preventiva en la cárcel de Najayo contra Rufino Ramírez Vargas (a) Pelo Fino, el chofer, que en supuesto estado de embriaguez provocó un accidente en el tramo de la carretera La Victoria-Hacienda Estrella donde siete menores de edad perecieron cuando retornaban de una gira.

A Ramírez Vargas se le acusa de homicidio involuntario agravado por la fuga. Tras el choque, Rufino Ramírez huyó de las autoridades por siete días, antes de entregarse a la Policía a través de una comisión de Derechos Humanos en el municipio Cotuí.

Tensa calma

Desde primeras horas de la mañana de ayer, los familiares de las víctimas estuvieron en las afueras del tribunal notablemente impacientes y furiosos, debido a que el día anterior se aplazó el conocimiento de la medida de coerción.

Padres, madres y hermanos, entre gritos, llantos y lágrimas, exigieron justicia por las muertes. Al mismo tiempo, decenas de moradores que viven en los alrededores del juzgado se dieron cita en el lugar. Muchos de los mirones pusieron en duda la responsabilidad de los parientes de los muertos; y otros hicieron bromas de mal gusto respecto al hecho.

La situación alcanzó el clímax cuando Anderson López, padre de uno de los fallecidos, empujó a una joven que se reía mientras él daba declaraciones a los medios de comunicación; y luego pegó un puñetazo en la cara de Alexander Solano. Tras la acción, un hermano de Solano, de nombre Wily, golpeó al agresor; varios grupos de personas intercambiaron palabras, antes de ser separados por agentes policiales. Por precaución, se incrementó el número de agentes policiales en el área.

Sin luz para el dispositivo

La emisión del dispositivo de la medida de coerción preventiva contra Rufino Ramírez Vargas se vio retrasada por más de dos horas y media debido a que no había energía eléctrica para redactarlo e imprimirlo. La secretaria y una asistente del Juzgado de Paz de Asuntos Municipales, tuvieron que trasladarse al juzgado de asuntos ordinarios. Según los empleados del tribunal, el inversor de dos baterías ya se había agotado, porque el servicio energético brilla por su ausencia