Los usuarios recibían con beneplácito la instalación de balanzas de pesajes en las estaciones de expendio de gas, mientras que empleados de las bombas del combustible decían con cierta reticencia que es un retroceso.
“Por fin, se les acabó el robar; usted compra nueve libras y le echan cinco o seis, es una estafa”, comentaba un usuario de la estación “Lusergas”, de la avenida 30 de Mayo.
“Estamos volviendo para atrás”, murmuraba por su parte un empleado de la estación Credigas, ubicada en la avenida Padre Castellanos, equina Josefa Abreu, cuando instalaba los nuevos equipos.
Las estaciones de venta de gas instalaban sus balanzas para cumplir con la orden del Instituto por los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor), cuyo plazo vencía ayer, de que todas las bombas pesaran el gas para evitar fraude a los usuarios.
En las estaciones que visitó El Caribe en el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, todas habían instalado su medidor o lo tenían en almacén o en sus oficinas para terminar de ponerlos en operación ayer u hoy jueves, según decían.
Unos medidores operan de forma mecánica y otros son electrónicos. Unos funcionan como grandes relojes y otros tienen el sistema de balanza.
El nuevo sistema está concebido como un mecanismo de transparencia que les permitiría a los consumidores comprobar la cantidad real del combustible que se les despacha en las envasadoras.
Pro Consumidor otorgó el 29 de agosto pasado un plazo de 60 días a las envasadoras para que adquieran una balanza y vendan el gas pesado.
En cada estaciónhabía ayer uno, dos y tres supervisores del Ministerio de Industria y Comercio verificando el proceso de instalación de balanzas.
En estaciones, como la de lacarretera Mella, en la zona oriental, vendían el gas pesado a algunos clientes que lo pedían. En otras, como “Óptimo Gas”, ubicada en la Rafael Augusto Sánchez del ensanche Quisqueya, estaban instalando las máquinas.
El operativo montado
Para el nuevo sistema, Industria y Comercio y Pro Consumidor han lanzado un operativo muy bien montado, según se pudo observar. El personal del ministerio chequea la instalación de las máquinas y el de Pro Consumidor instala literaturas y afiches en todas las estaciones educando a los usuarios, a fin de que no se dejen timar.
Cuando los propietarios de las estaciones ponen en funcionamiento el aparato de pesar, un representante de Industria y Comercio comprueba entonces y certifica con un sello si todo está bien.
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