Hay un lío de acaba y vámonos en el departamento de Tránsito del cabildo de Santiago y si el alcalde socialista, Gilberto Serulle, no habla español con los dirigentes del PRD que están involucrados en un escandaloso negocio de franjas en la ruta G, de Gurabo, entonces el problema podría estremecer su despacho.
Se habla de un lío con más de 50 franjas, que cuestan a más de 200 mil pesos cada una, y se involucra en el negocio, además del director de Tránsito, a un poderoso "de esos asuntos" llamado Ismael Sandoval. Niño Domínguez, regidor del PRSC que es presidente de la Comisión de Tránsito de la Sala Capitular, tiene "las manos en la cabeza" porque no sabe como actuar en un escándalo de esa naturaleza. ¿Llegó la honestidad al Ayuntamiento?. Sí, pero en la cabeza del alcalde socialista.
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