Cuando el regidor José Amable Cordones retira el palo, la emanación se detiene, y el entorno vuelve a ser completamente natural. Fuera del río aparecen árboles de javilla, guayabas, hierbas diversas y una vaca que se mueve en la distancia.
De este lugar, ubicado en la sección La Lima, a siete kilómetros del centro de Higu¨ey, salió la sustancia que los laboratorios de GH geochemical Services, LTD, en Bebington, Inglaterra, calificaron como hidrocarburo natural de buena calidad.
“Fue hace siete meses. Un día de mucho calor un amigo (Geraldo Ciprián), su hijo y yo vinimos a bañarnos al río. Estábamos buscando jaibas cuando el muchacho entró la mano en una zona caliente, de donde salía un fuerte olor”, cuenta Cordones, quien no esperó para dar el reporte a la Dirección General de Minería. Los técnicos de la entidad, acostumbrados a recibir falsas alarmas, llegaron al mes, guiados por el regidor, “porque ni los campesinos de la comunidad saben dónde está el punto preciso”.
LISTÍN DIARIO observó que donde se produce la emanación no hay infraestructura o tubería alguna. La tierra circundante está divida en parcelas de aparente uso ganadero, y no tiene custodia.
“Uno de los ingenieros quedó impactado. Su rostro cambió completamente. Parecía que le iba a dar algo.
Después el laboratorio dijo que es petróleo mejor que el de Azua. Sí es así, servirá para el desarrollo de nuestra provincia y del país”, dice Cordones, con los pantalones arremangados hasta la rodilla por demanda del Sanate.
A partir del convenio, los ingleses harán los estudios geofísicos correspondientes, a cambio del derecho a comercializar en el extranjero los resultados obtenidos.
Mileidy Mota, residente de La Lima, no está enterada de las negociaciones, ni sabe en qué parte de su comunidad se encontró el combustible Lo mismo pasa con la mayoría de sus vecinos. Se enteraron del hallazgo la semana pasada, a través de los medios masivos de comunicación.
No conocen el precio del barril de petróleo, pero suponen que es alto, y que la explotación a gran escala puede producir mucho billete.
Hacendados que no acostumbraban pasar por aquí vienen dos y tres veces por día, porque quieren conocer el sitio de la emanación, no por curiosidad, sino por interés económico. Si debajo de las aguas del río Sanate se encuentra petróleo en cantidades explotables, el valor de las parcelas aumentaría de manera exponencial.
“Sería algo muy importante para nosotros. El petróleo vale mucho en todas partes”, entiende Mota. A su lado hay un galón de gasolina, dispuesto para la venta a motoristas y choferes en apuros. Más adelante están los montes de Higu¨ey, poblados de pasto y, posiblemente, de oro negro. La mujer tiene su puesto de venta frente a la calle sin asfaltar. Cuando Minería vuelva a realizar los estudios de exploración, junto a los técnicos ingleses, tendrá que pasar por aquí.
En la ciudad, todas las autoridades están a la expectativa de lo que podría ocurrir con la emanación de combustible.
Los medios locales han reportado un aumento de la peregrinación a la basílica de Nuestra Señora de La Altagracia, y por iniciativa de Juan Julio Campos, congresista de esta jurisdicción, la Cámara de Diputados declaró De Interés Nacional el hallazgo.
“Estaba fuera del país. Pero me estoy poniendo al tanto para darle seguimiento, porque esto podría transformar completamente la vida de los higu¨eyanos”, afirma la alcaldesa Karina Aristy, luego de participar de un encuentro con las diferentes fuerzas políticas, económicas y religiosas de la ciudad.
En esta parte de la República, asegura el obispo, hay altos niveles de pobreza a pesar de los recursos millonarios que se mueven en los complejos turísticos de Bávaro y Punta Cana.
“Tenemos que esperar a ver la calidad y la cantidad que hay. A partir de ahí veremos”, considera Peña Rodríguez.
A la espera está el resto de la población. Aunque pocos han visto la emanación, en Higu¨ey el tema se mete a trancazos en las conversaciones de las diferentes clases sociales.
Mientras las esperanzas fluyen como las aguas del río Sanate, el geólogo Osiris de León le dice al Gobierno que apunte hacia otro lado, porque el petróleo dominicano debe estar en el Sur, específicamente en la Bahía de Neyba, San José de Ocoa o Azua.
“Los que hemos estudiado el petróleo en República Dominicana no tenemos mayores expectativas en la zona Oriental del país”, sentencia, opuesto a que se hagan exploraciones en el Este sin antes concluir las pendientes.
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