
Momentos de confusión se vivieron a media mañana de ayer en el hospital Luis Eduardo Aybar cuando en medio de una protesta de enfermeras un padre que llegó con su hija convulsionando, al no poder pasar porque la puerta de entrada al hospital estaba obstruida, hizo tres disparos al aire.
Los disparos provocaron un corre-corre entre personal de salud que estaba en la protesta, pacientes y familiares que estaban en el centro, choferes de carros públicos y privados y vendedores ambulantes y de todos los que estaban en los alrededores del hospital.
La entrada al hospital estaba obstruida por un carro de servicio público que se había parado a montar un pasajero, y en el interior estaban las enfermeras del hospital que protestaban porque todavía no han recibido el pago de su salario correspondiente al mes de agosto, que debe incluir el aumento de un 15 por ciento acordado con el gobierno.
Logró entrar cuando la multitud se despejó por lo que la niña, de ocho años, fue atendida en la sala de emergencias del centro.
“Poco hice yo, porque y si se me muere, y entonces ellos se paran ahí en el medio a coger gente”, dijo el padre a su salida, mientras la menor estaba siendo atendida en el hospital.
La acción provocó la protesta de las personas que estaban allí, alegando que el hecho de que su niña estuviera enferma no le daba derecho a hacer esos disparos porque pudo haber herido a cualquier persona. “Yo estaba ahí, y fue casi encima de mí que hizo los disparos”, criticó Alejandro Martínez, un vendedor ambulante.
En tanto enfermeras que participaban en la protesta consideraron la acción como un exceso porque la niña no estaba grave, mientras otros defendieron la actitud del padre.
La entrada principal del centro, donde funciona la emergencia del hospital Luis Eduardo Aybar, por lo general presenta un gran congestionamiento debido a la escasez de parqueo y al gran flujo vehicular, sobre todo de transporte público que mantiene la calle Federico Velásquez.
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